Cuando desde el ayuntamiento se hacen cosas lamentables, meteduras de pata o se cometen graves errores, es de justicia denunciarlo. Pero cuando se producen aciertos -que también los hay- es también justo reconocerlo. Y este es un buen ejemplo de ello. Nos referimos a las nuevas aceras que en algunas zonas de las calles de Oviedo se están realizando, usando unos simples suelos de cemento. Sencillo pero útil. Se evitan así las desagradables sorpresas de las baldosas levantadas, que al pisarlas te llenan de agua sucia y te dejan la ropa hecha un asco, y, además, se hace más sencillo y rápido el mantenimiento.
Esperemos que esta genial idea de este tipo de aceras no se quede solo en una anécdota, y haya más barrios en Oviedo que puedan disfrutar esta fenomenal solución. Un aplauso a quien haya tenido la idea.