Varios policías van a realizar un desahucio, desalojan a un chico de su casa, lo meten en el coche patrulla y poco después llega muerto a un hospital. ¿Qué ha ocurrido en el lapsus de tiempo desde que lo sacan de casa hasta que llega al hospital? Nadie lo sabe, porque nadie ha dado explicaciones. Ayer, nuestra alcaldesa Ana Taboada exigía explicaciones -y con razón- para esclarecer unos hechos que, de momento, están muy confusos.
La muerte de este joven de 30 años vuelve a poner de protagonismo el papel de los servicios sociales, dejando evidente -una vez más- sus graves carencias y la necesidad -como en anteriores ocasiones veníamos diciendo desde Oviedo Denuncia- de que esos servicios tomen un papel más proactivo, en lugar de simplemente quedarse sentados "a verlas venir".
También es cierto, y eso lo comprendemos, que los servicios sociales en Asturias están saturados, en buena medida bastante hacen con lo que ya hacen, y dándole salida a los casos que buenamente pueden. La realidad subyacente de todo esto, el problema de fondo, es la falta de trabajo y de oportunidades, una problemática que, mientras no se solucione con un buen tejido industrial y empresarial (y no solamente con congresos todo el año, para los cuales, dicho sea de paso, el consistorio ovetense destina este año la escandalosa cifra de 400.000 euros) no lograremos nada. De momento solo es poner parches, pero el problema de la falta de trabajo sigue sin resolverse.
Imagen: El comercio