Por eso prefieren llevarse a esas industrias a países como India o China: porque allí hacen lo que quieren, contaminan lo que les da la gana, y nadie protesta ni les denuncia.
Pero lo peor de todo es que ninguna de las múltiples estaciones meteorológicas del ayuntamiento detectó nada. Curiosamente, a la hora de las emisiones se encontraban "sospechosamente" apagadas.