El pasado domingo una pareja de amables policías municipales saludaban a los escasos madrugadores que, bien temprano, accedían por la entrada de la Ronda Sur hacia el nuevo túnel que, pasando por debajo de un buen tramo de la ciudad, desemboca en el Parque de Invierno, desde donde se puede continuar por el mismo tramo por la Senda Verde. Antaño utilizado por la FEVE, este nuevo túnel convertido en un desvío directo para los que quieran caminar desde la Ronda Sur, es ahora todo un reclamo turístico. Aunque sin llegar a ser, por supuesto, -como vaticinaban algunos de los peatones durante la mañana, dejándose llevar por el entusiasmo de caminar durante tan largo recorrido por debajo de tierra- competencia para la Catedral.
Pero en lo que sí se ha convertido ya es en un buen reclamo que ha animado a muchos a caminar durante bastante tiempo, descubriendo una forma diferente de recorrer Oviedo. Y si ha asombrado -y gustado- tanto a los de aquí, mucho más asombrará y gustará a los de fuera.
El nuevo túnel invita, durante sus más de quinientos metros (casi setecientos, si contamos la extensión realizada en la Ronda Sur) a explayarse y disfrutar del deporte, de caminar, y de recorrerlo en bici, con otros ojos. Alguien decía incluso que sería genial que "hubiese dos o tres más, que permitiesen recorrer de una forma tan fácil y rápida diferentes zonas de la ciudad". Otros, incluso señoras bastante entradas en años, han desempolvado sus bicis para recorrer el túnel y aprovechar para acercarse hasta la Senda Verde, algo que seguramente no habrían hecho sino fuera por la atracción del antaño túnel de FEVE. No eran las únicas: familias enteras se acercaban para descubrir in situ un lugar diferente, otras personas venían de fuera atraídos por el reclamo de visitar Oviedo bajo tierra, y casi todos coincidían en el enorme atractivo y utilidad de una obra larga y tortuosa, con muchos altibajos y dificultades, pero que el Gobierno Municipal de PSOE-SOMOS-IU ha logrado sacar adelante, a pesar de todas las dificultades técnicas (y no tan técnicas, todo hay que decirlo, porque nunca llueve a gusto de todos) que por el camino se han encontrado.
Hoy, gracias a sus esfuerzos, tenemos en Oviedo una enorme atracción para disfrutar, que nos permite recorrer buena parte de la ciudad sin preocuparnos de semáforos, tráfico ni atascos. Un túnel que será, sin duda, toda una atracción también para visitantes, como lo son los que ya existen en otras grandes ciudades europeas, uniéndose Oviedo así a ciudades como Bath (Reino Unido), el túnel de Santa Ana, en Amberes (Bélgica, también de medio kilómetro), el túnel de Morlans (en San Sebastián), o al túnel peatonal de Greenwich (también en Inglaterra).
Es, sin duda, la culminación de muchos esfuerzos municipales que han logrado unir sus fuerzas para hacer de esta ciudad no solo más accesible y atractiva, sino con reclamos diferentes que la enriquecen enormemente. El poder disfrutar del nuevo túnel del Vasco abierto a todos es, en definitiva, una gran atracción de la que todos los ovetenses tienen que sentirse orgullosos.