Cada año por estas fechas, el PP comienza su habitual estrategia de distracción. El problema es que siempre lo hacen utilizando como saco de golpear a los colectivos más desfavorecidos, a los que no pueden defenderse. A los más pobres. Y siempre hacen uso de caballos de batalla parecidos: el salario social, la ley de dependencia...
Si ya el año pasado el PP asturiano tachaba a los beneficiarios del salario social de "vagos y maleantes" (quizá en un vano intento de soñar con volver a hacer realidad aquella ley franquista), este año intentan por todos los medios volver con lo mismo a la palestra. Todo dentro de su estrategia de distracción. Al PP no les importan los parados, para ellos es más fácil culpar al que está sin empleo de su situación, en lugar de hacer lo que deberían hacer (claro, eso es más difícil que parlotear), que es atraer empleo a la región. Se han fundido en Oviedo, sobre todo, los fondos mineros en los caprichitos de Gabino y compañía, en lugar de crear tejido industrial, de atraer empresas y de llevar a cabo políticas de activación del comercio. En su lugar se han gastado esos fondos en palacios, palacetes, parkings subterráneos, farolas, y museos, muchos de ellos (como el del queso) ahora abandonados tras inversiones de más de un millón de euros. ¡Un millón de euros! Con eso daría para pagar durante muchos años "salarios sociales" de todo tipo.
Por otra parte, siguen en su estrategia de hacer cursos del antiguo INEM (hoy SEPE), hacer que los desempleados "se entretengan" durante ocho horas al día jugando al solitario. El año pasado me contaba uno de los beneficiarios que realizó uno de esos cursos cómo los profesores se pasaban el tiempo haciendo sus otros negocietes en el ordenador de la academia. Ocho mil euros de dinero público, pagado por todos, para un curso tirados a la basura. A las clases no les prestaban ni atención. Luego, en las prácticas, si el curso era de instalación eléctrica, o de redes multimedia, les mandaban a poner calefacción o a limpiar ventanas. Totalmente ridículo. Por supuesto, esto era debido a que la empresa se aprovechaba de esos cursos para no contratar personal "de verdad". Hay empresas que dependen de esos alumnos del SEPE enviados del salario social para ahorrarse su propietario un buen dinero en sueldos. Y no voy a dar nombres aunque los del PP lo saben muy bien porque, precisamente esas empresas están muy cercanas a ellos. Por eso -y no por otra cosas, no pequemos de inocentes ahora- les interesa al PP mandar "obreros gratuitos" a ellas.
Por otro lado, les interesa distraer porque así, mientras se hable de esto, no se habla de sus intenciones de subir el copago farmacéutico, de las listas de espera, o de subir el recibo de la luz. Son cortinas de humo para armar revuelo, simplemente. Y lo más fuerte es que el PSOE les baila el agua.
En lugar de preguntarse qué cursillos tienen que hacer los parados, o dónde meter a los miles de beneficiarios del salario social, deberían preguntarse por qué no crean empleo en Asturias y el poco que se crea es de mala calidad y precario; deberían preguntarse qué es lo que están haciendo mal, porque es eso lo que les va en sus sueldos. Cobran (y mucho, por cierto, bastante más que lo que cobran los del salario social) precisamente para eso. Pero mientras les llegue el sueldo por estar ahí rempantigados con su copa, su puro, y en su sofá de casa, en el PP van a seguir sin mover un dedo. Hablan solamente para que no les protesten a ellos y, por tanto, prefieren alzar la voz antes. Es su política de siempre, siempre lo fue, y les conocemos de sobra por ella.
Por último, resulta chocante, por no decir insultante e indignante, que ellos escatimen los fondos del salario social (con el objetivo último de reducir derechos y quitarlo, no hay más), cuando hace dos días defendían a capa y espada los cientos de miles de euros para los reyes y la Fundación Princesa de Asturias. O sea, para que se entienda bien: les duele soltar cien millones de presupuesto para que puedan comer los más pobres, los desgraciados que no tienen ni un sitio donde caerse muertos, y no les duele dar a los multimillonarios más de doscientos mil euros para subvencionar una Fundación "de ricos y famosos". Increíble.
Lo más asombroso de todo es que aún haya gente que les siga votando, entre ellos curas y monjas, creyendo que con eso van a defender su religión, ¡cuántos de ellos depositan su voto en las urnas creyendo que lo hacen por su fe, cuando en realidad le están dando su voto a los mismísimos demonios!